“Hay que naturalizar una nueva cultura de derechos” - Política y Medios
28-03-2024 - Edición Nº5900

“Hay que naturalizar una nueva cultura de derechos”

Así lo destacó en un mano a mano con P&M Norma Ojeda, abogada y Coordinadora Institucional de la Consultoría de Niñez y Adolescencia del Colegio de Abogados de La Plata. Se refirió al cambio de paradigma que atraviesa Argentina en materia de derechos de la infancia, donde se ha dejado atrás el sistema de Patronato para instalar una nueva concepción en la que los niños son sujetos de derecho.

¿Cuál es el nuevo paradigma que tenemos en Argentina sobre derechos del niño?

—Lo fundamental es entender que ha habido un cambio sustancial, revolucionario diría yo, en la concepción de lo que significa niño: persona en desarrollo. Le debíamos a los niños y niñas, en términos jurídicos, la derogación del Régimen de Patronato del Estado, en donde al niño se lo trataba como objeto de aplicación de derechos y se disponía de su persona de una manera vertical y rígida. Esto fue posible a través del gran fenómeno mundial que produjo el cambio de modelo hacia el nuevo paradigma del niño como sujeto de derechos y no como objeto de aplicación de normas. La cristalización de esta nueva mirada fue la Convención Internacional de los Derechos del Niño y la suscripción de los Estados que acordaban con su firma la derogación del sistema de Patronato y su sustitución por esta nueva concepción. El niño es más que un sujeto pleno, tiene un plus respecto de los adultos porque se trata de una persona en desarrollo. Así que hemos pasado de un Estado que disponía de la vida de los niños a otro que los respeta y resguarda.

En la provincia de Buenos Aires se sancionó la Ley 13.298 que afirma a los niños como sujetos de derecho y deja atrás el sistema anterior, de Patronato. ¿En las demás provincias cuál es la situación de la niñez?

—Aunque no haya una ley específica y acabada que regule el sistema, existe la Constitución Nacional como normativa que no se puede dejar de aplicar y cualquier abogado puede recurrir a ella en materia de niñez, en cualquier proceso y en cualquier provincia. Esto es posible porque la Constitución prevé la incorporación de la Convención de los Derechos de Niño a nuestro sistema jurídico. Y también existe la Ley Nacional 26.061. Cualquier letrado puede invocar estas normas así como la jurisprudencia para defender a un niño, niña o adolescente. Es decir que el niño no puede quedar sin defensa en la Argentina, más allá de las particularidades de cada provincia.

Cada vez que analizamos un hecho que afecta la vida de un niño, tiene que primar el interés superior de su bienestar; el niño ha de acceder a las garantías que el Estado le debe. En ese contexto amerita totalmente que haya un abogado con vocación y especializado que asista jurídicamente y represente a ese niño o niña.

¿Cuál es tu opinión acerca del caso reciente en que se redujo la pena del hombre que había abusado en un niño, mediante el argumento de que el menor tenía una inclinación homosexual?

—En cualquier caso en que le bajen la condena a un adulto esgrimiendo o fundando la sentencia en alguna acción ejercida por el niño, haciéndolo de algún modo responsable, se están vulnerando absolutamente todos sus derechos. Un fallo de estas características conculca el interés superior del niño que, en tanto persona en desarrollo, no puede evaluar sus actos como un adulto que tuvo la oportunidad de haber vivido las distintas etapas de su vida. En este caso es imprescindible que actúe un abogado del niño para garantizar su derecho a ser oído. Esto no significa que al niño se le hagan preguntas y que éste conteste como un adulto. Cuando hay que oír a un niño, se debe trabajar de forma interdisciplinaria para interpretar sus intereses. Aquí hablamos de los “interlocutores válidos” que son aquellos profesionales que pueden aclarar lo que haya sucedido. Yo quisiera saber, en este caso que mencionás, quién oyó al niño y quién opinó. Porque no se trata solo de los abogados sino también de los médicos y de los psicólogos.

El Senado Nacional aprobó por unanimidad un proyecto de ley para establecer la imprescriptibilidad de la acción penal en delitos contra la integridad sexual de menores de edad. ¿Cuál es tu opinión sobre este proyecto que pasará a Diputados?

—Me parece una espléndida idea para que acabemos con este tipo de vejaciones. También hace falta que la Justicia con sus fallos contribuya a esta nueva cultura de derechos. Los delitos sexuales contra los niñas, niños y adolescentes deben ser imprescriptibles. Necesitamos lograr cierta madurez en el pensamiento colectivo, así como no debe haber niños abusados tampoco puede ser que a diario mueran niñas o adolescentes. Esto en parte tiene que ver con que no hay un temor a la sanción ni a la condena moral. Tenemos esta materia pendiente, no podemos seguir aceptando estos crímenes. Es bueno empezar los cambios profundos que hacen falta trabajando en función de la niñez, con políticas de educación, con apoyo a los docentes, para naturalizar esta nueva cultura de derechos y dejar de confundir valores. Como sociedad debemos proteger la infancia.

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