Milei festeja el descenso de la inflación, pero patea aumentos para que los números cierren - Política y Medios
29-05-2024 - Edición Nº5962

ANÁLISIS

Milei festeja el descenso de la inflación, pero patea aumentos para que los números cierren

El retorno de la cifra inflacionaria a un dígito fue recibido con bombos y platillos en las filas oficialistas, aunque la continuidad de la curva encuentra al Gobierno interviniendo precios.

El dato de 8,8% de inflación mensual para el mes de abril envalentonó a los funcionarios del Gobierno nacional, así como a su militancia y simpatizantes. El ecosistema de La Libertad Avanza celebró este martes la cifra publicada por el INDEC, que se acerca a la de octubre de 2023 y es anotada como una victoria de la gestión económica de Javier Milei.

“Golazo”, escribió en su activa cuenta de X el presidente de la Nación, publicando una imagen abrazando a su ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, tras conocerse la cifra del día en horas de la tarde.

Los casi nueve puntos reflejan la continuidad de la merma inflacionaria respecto a los 11 puntos de marzo, los 13,2 de febrero y los más de 20 de enero y diciembre. Es lógico que sean ponderados como un logro a pesar de igualar las cifras de Sergio Massa en octubre, ya que en aquel momento la movilidad de precios cursaba una dinámica ascendente.

No obstante, al éxito del Gobierno se le pueden cuestionar los medios y también la consecuencia con los ideales de libertad económica pregonada. 

Desde su asunción el 10 de diciembre contabilizan más de 78 puntos de inflación -compartiendo los 25 puntos de diciembre con la administración precedente, aunque en buena medida fueron explicados por una depreciación del peso del orden del 118% implementada tras las elecciones-.

Tras el pico inflacionario de diciembre y enero en aras de un “sinceramiento” de precios reprimido por acciones de control de la administración del Frente de Todos (FdT), la desaceleración de precios paulatina tuvo explicación en una drástica reducción de la base monetaria, desplome de la actividad económica y licuación de salarios e ingresos, cuya capacidad de compra se vio pulverizada en pocos meses.

Con paritarias pisadas, decenas de miles de despidos y retracción en todas las divisiones productivas y comerciales, la cifra aún es objetivamente alta. Sólo en 4 meses de los 4 años de presidencia de Alberto Fernández hubo inflación superior a este 8,8%; y aunque la tendencia es a la baja, también se observa que el equipo económico de Caputo comienza a controlar algunos precios de la economía para que cierre el sendero bajista.

Entre ellos, el equipo del FMI observó que se postergaron nuevos incrementos en tarifas de energía eléctrica y gas pautados para mayo, y que se patean pagos -como la deuda con CAMMESA que asciende a más de un billón de pesos- para sostener el precio del dólar y no afectar los precios de la economía general.

Meses atrás se observaron síntomas de intervencionismo, tanto con el acercamiento del ministro de Economía a empresarios de supermercados para pedir un cese a la especulación como con la intervención ante los aumentos desmedidos de las prepagas -previamente habilitados con el DNU 70/2023-.

El ajuste más grande de la historia de la humanidad, del cual se jacta Milei a menudo, no parece bastar para controlar los aumentos; y mientras negocia nuevos desembolsos con el FMI para liberar el cepo, el equipo económico comienza a incurrir en pisar precios para sostener su narrativa de pulverizar la inflación.

Es que en abril, la variación del precio de los servicios energéticos fue el rubro de mayor incidencia, con un 36%, y el ajuste mensual que había dispuesto el cronograma de la Secretaría de Energía amenaza las expectativas oficialistas.

El conflicto es que, tal como evidenció Milei con sus medidas al asumir, toda represión de precios explota en algún momento, disparando la dinámica inflacionaria. Este es quizás el mayor inconveniente observado por el organismo de crédito internacional, que calificó como “sobrecumplidas” las metas fiscales del acuerdo y reiteradamente llamó al Gobierno a extremar esfuerzos para contener a los sectores más vulnerables. 

La disyuntiva para el Gobierno es clara. Así como la política de shock al asumir implicó la liberación de los precios de la economía, la continuidad de ese criterio minaría el sendero hacia uno de los pilares de la campaña de La Libertad Avanza y de la narrativa como oficialismo.

Entre la espada y la pared, Milei y Caputo optan por preservar el humor social y contar con alguna herramienta dialéctica en su relato; incluso a contramano de la ortodoxia expresada a los cuatro vientos.

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