El Gobierno potencia la estrategia de elegir enemigos que le den capital político  - Política y Medios
11-06-2024 - Edición Nº5975

ENTRETELONES DE CASA ROSADA

El Gobierno potencia la estrategia de elegir enemigos que le den capital político 

Entre cumbres de rosca político-sindical y una calle caliente que presiona a las dos partes, desde el entorno de Milei apuestan a radicalizar la polarización contra todo aquel que se interponga en el camino a la desregulación y el ajuste.

Esté en Olivos, Casa Rosada o de gira como estos días por EEUU y Europa, Javier Milei considera parte de su gestión mover permanentemente su cuenta de X. Desde allí escribe o repostea los lineamientos que su tropa cibernética debe multiplicar y potenciar a cualquier hora del día.

La mecánica de los más de cuatro meses de Gobierno de La Libertad Avanza fue bajo la misma lógica de campaña, seleccionar enemigos que produzcan el efecto de levantar el perfil del líder libertario. Cualquier sector corporativo de la Argentina que cargue con el peso de varias décadas de decepciones puede ser el elegido. La “casta” puede ser política, empresaria, sindical, judicial, periodística o estatal, da lo mismo, y hasta se pueden conjugar o alternar según se presente la ocasión, eso sí, siempre y cuando le suba el precio a quienes encaran un ajuste del que, dadas las circunstancias de la baja vara del pasado, se pueden jactar a cielo abierto. 

La categoría que otorga ese linaje negativo -que para los nuevos liberales cibernéticos huele a rancio- no es direccional. Se puede castigar en el espectro virtual y mediático durante varias jornadas a un sector, pero no por ello a algunos de sus más conspicuos integrantes y factótums.

La conformación de la administración que asumió el 10 de diciembre demuestra esas excepciones: Daniel Scioli (actual secretario de Turismo y Deportes), Guillermo Francos (Interior), Luis Caputo (Economía), o la vuelta de los reciclados Menem. La lista es larga, y hay más candidatos a incorporarse a las Fuerzas del Cielo.

Uno de ellos es el juez federal Ariel Lijo, aspirante por el oficialismo para integrar la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Una figura que cuenta con apoyos y rechazos de propios y extraños. Es que se trata de esos fenómenos que superan todo lo establecido por una sola razón, atraviesa -directa o indirectamente- a todo el círculo rojo, y eso entre los selectivos anticasta es un valor agregado, hasta que se demuestre lo contrario, por supuesto. 

Esta semana, fue en ese sentido, una de las que más desveló (dirían los españoles) la táctica de LLA. El poder central invitó a sentarse a la mesa de negociaciones a uno de los grupos que más caudal político le otorga cada vez que lo bastardea públicamente. Nos referimos a la clase sindical.

Los denominados “Gordos” de la CGT parecieron no entender cómo funciona la maquinaria liberal libertaria. Llegaron a Balcarce 50 acorralados por una interna que los pone entre la espada y la pared. Mientras que Héctor Daer o Gerardo Martínez tendían puentes con el objetivo de no quedarse afuera de una reforma laboral que los perjudique, los Moyano junto a varios gremios de Azopardo 802 proponían atender el reclamo de las bases e ir a un paro general.

El jefe de los ministros, Nicolás Posse, Francos, y el diestro asesor presidencial Santiago Caputo, jugaron el mismo juego que con los bloques parlamentarios, a los que se bautizó de dialoguistas, y todavía intentan convertir en normativa aprobada por el Congreso el DNU de desregulación de la economía y rescatar algo de la Ley Bases. Los capitostes mileístas abrieron la partida escuchando los fogosos reclamos sindicales y dejando que la oreja atenta de la primera apertura hacia ellos fuera calmando las tensiones acumuladas de quienes están acostumbrados a ser los que ponen condiciones. 

Las promesas de atender los pedidos y tenerlos en cuenta produjo un espíritu de conciliación en una salida desordenada del Ministerio del Interior, con oficinas en la sede del Poder Ejecutivo. El primero en salir corriendo hacia una entrevista televisiva, para decir que la reunión había sido positiva, fue Guillermo Francos, precisamente el funcionario que había cursado las invitaciones a los popes cegetistas. Detrás se retiró Posse, y al rato la mayoría de los caciques de la central cruzaron el Salón de los Bustos entre saludos con interlocutores de ambas carteras que los acompañaron hasta sus camionetas de alta gama.

Hugo Moyano se quedó un rato más con el secretario de Trabajo, Julio Cordero -conversando sobre la no homologada paritaria de Camioneros- junto a la infaltable presencia de “Santiaguito”, como le dicen en el palacio de Gobierno al consultor, que según Milei fue el arquitecto de su triunfo el 19N. Uno de los gremialistas que participó del cónclave hizo hincapié en que le llamó poderosamente la atención como en los momentos en que hablaba el joven asesor, Francos y Posse se llamaban a silencio. “¡Parecía que era el jefe el pibe!”, rubricó con gesto de desconcierto unas horas más tarde en las cercanías de Plaza de Mayo. 

Los plazos que se habían estipulado no se respetaron (a la hora de recibir respuestas) y al Consejo Directivo de la Confederación General del Trabajo no le quedó otra que convocar a una huelga de alcance nacional el próximo 9 de mayo. El Día del Trabajador (1 de mayo) encabezarán una movilización, también a modo de protesta.

Es que la CGT cuestionó en conjunto el proyecto de “modernización laboral” que impulsa un núcleo del radicalismo, y que fue recibido de manos del diputado cordobés Rodrigo de Loredo -y varios de sus correligionarios de bloque- por Nicolás Posse. En ese texto, los legisladores de la UCR promueven, entre otras iniciativas, la que más repudian los Gordos, que la cuota sindical sea optativa y no obligatoria. “Lo que ellos no quieren es que les toquemos las cajas”, señaló un colaborador de los hermanos Milei. “El resto lo entregan todo como hacen hace 70 años”, enfatizó.

Semanas antes de las medidas de fuerza de docentes y gremios del Transporte, la cúpula libertaria ya había dado la orden al jefe de la cartera de Trabajo, de no dictar ninguna conciliación obligatoria. Ante la consulta por la decisión que se filtró, la respuesta en las bambalinas rosadas fue: “Hay que dejarlos que se expongan, la gente no los apoya, y si encima los dejan sin colectivos y con los pibes sin colegio, les complican más la vida… ¡peor!”. Está claro que esa es la directriz con todo conflicto salarial que recaiga sobre los ciudadanos.

Lo mismo queda para los paros generales cegetistas, los de las centrales sindicales del Estado, en las que además les descuentan el día –otra presión que baja el nivel de acatamiento-, y para las marchas de cualquier tipo de organización sociales y política. El anillo regulador del mal humor social de los sectores más antimileístas se potencia con el protocolo Bullrich, que el miércoles pasado dejó varios heridos y detenidos en la concentración que realizó la Unión Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y el Bloque Piquetero Nacional en reclamo, entre otras cosas, de alimentos para comedores y merenderos. 

La relación con los gobernadores es exactamente igual. El lunes P&M consultó al vocero Manuel Adorni sobre las diatribas del mandatario riojano, Ricardo Quintela, quien había dicho que Javier Milei tiene "actitudes provocativas" y "se hace el cocorito e insulta"; además de asegurar que no va a acompañar ningún pacto de mayo porque es una imposición.

A eso el funcionario respondió: "No le gusta como gobernamos, está en todo su derecho. Se presentará como candidato a presidente e impondrá, en tal caso, sus ideas y lo votarán por ellas, como gobernar con una cuasimoneda" (..) "Nos parece que en algunos casos el rechazo es por meras cuestiones de necedad o de mezquindad política".

Hay que tener en cuenta que no quedan exentos de dicho tratamiento quienes conforman la tropa propia. A los desacuerdos entre el presidente y su vice, Victoria Villarruel, se sumó la interna que se venía germinando en la bancada de LLA. Así fue que la pelea por la titularidad de la Comisión de Juicio Político en la Cámara de diputados terminó con bajas en el oficialismo.

Al respecto fue que P&M preguntó al portavoz de Milei por la salida de la presidencia del bloque libertario de Oscar Zago, quien una vez fuera aseveró con críticas a los suyos que "si vamos a ser más de lo mismo y nos vamos a cagar en todo, haganló, conmigo no". Adorni contestó que "todo está conforme y dentro del reglamento" y que "Martín Menen hizo lo que consideró correcto, Marcela Pagano nunca fue presidenta de la comisión".

El comando a distancia, a cargo de la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei y su hermano el Presidente, se mantuvo más activo que nunca mientras recibían una distinción de la colectividad judía en Miami, visitaban al titular del BID, Ilan Goldfajn, y luego al mismísimo magnate de origen sudafricano, Elon Musk, quien los recibió en su planta de Tesla Giga, en Austin, Texas (EEUU).

Antes de partir a Dinamarca para ser copiloto de uno de los 24 cazas F-16 donados por ese reino a la Argentina, el comunicado de Presidencia de la Nación fue un breve envío con los puntales que el Gobierno libertario quiso destacar al concluir la entrevista entre el empresario y el primer mandatario argentino.

Ellas giraron en torno a “la importancia de eliminar trabas burocráticas que alejan inversores” y “establecer reglas de juego claras y estables para traer empresas que fomenten el desarrollo”, comprometiéndose, además, “con las ideas de la libertad y los gobiernos pro-mercado que luchen en ese sentido”.

Los Milei retornan a Ezeiza el próximo miércoles con el INDEC de Marco Lavagna, que antes de que pisen el suelo nacional, les cantó una inflación del 11% para el pasado mes de marzo. De todos modos, continúa siendo de las más altas del mundo, algo que por ahora -en el discurso oficial- seguirá siendo responsabilidad de los últimos 70 años de la mala política. La historia continuará…

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